Pobreza menstrual: el problema que no existe
Columna de opinión
Por: Mariana Ospina, Andrea Gonzalez, Vanesa Osorio y Vanessa Eusse
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“Ya quisiera verlos con esos niveles de dolor para que nos digan. Tenganlo por seguro que no es un privilegio" (FOTO: Pexels, Carina Garcia)
La pobreza menstrual es una problemática de la que poco se habla, pero que muchas mujeres en Colombia padecen, según el Dane en el año 2021 “aproximadamente 691 mil mujeres jefas de hogar o cónyuges del jefe de hogar de las 23 principales ciudades del país no tuvieron los recursos económicos necesarios para adquirir los elementos de higiene menstrual”, ahora imaginemos la situación de las mujeres que viven en ciudades o zonas marginadas, de las cuales algunas ni siquiera tienen acceso a sanitarios o agua.
Vea aquí el reporte completo del Dane: Indicadores de salud menstrual
Aunque en países como Escocia, Francia y Nueva Zelanda se da acceso a productos de higiene menstrual gratis, en Colombia el panorama es muy diferente ya que los datos de Unicef muestran que una mujer en el año debe invertir 240.000 pesos para atender su menstruación, esto en un país como el nuestro representa un alto costo y aunque se han
intentado implementar varias leyes que buscan una menstruación digna, se han quedado en la teoría.
Actualmente existen mujeres que para atender su periodo deben utilizar periódicos, calcetines, trapos y papel higiénico, y que de hecho el Dane confirma que son el 19,6% de la población pobre y el 8,8 % de las mujeres consideradas como no pobres, que presentan esta situación.
Además, no solo se trata de una situación de escasos recursos, ya que la desinformación y mitificación que rondan la menstruación es tanta, que logran impedir que en especial niñas y adolescentes puedan entender su cuerpo y saber qué hacer cuando les llega por primera vez el periodo. El silencio y el tabú también trae como consecuencia la ignorancia de la planificación y el embarazo no deseado.
Se observa por medio de estos proyectos la intención de crear conciencia alrededor del tema, la Secretaría de las Mujeres de Antioquia han realizado proyectos relacionados con las mujeres y personas menstruantes durante estos dos años de gobierno, pero a tres meses de 2022, indican que aún están en proceso de consolidación de acuerdos con entidades aliadas para comenzar.
Sin embargo en los proyectos que han realizado manifiestan que buscan “darle otra mirada a la menstruación como poderosa y natural y no como sucia y negativa” y además “abrir una conversación con las chicas para que se sintieran seguras de hacer preguntas, puesto que sabemos que en muchos contextos familiares no se habla abiertamente de la menstruación y en algunos contextos rurales o marginales, es un tabú”.
En la ciudad de Medellín se han realizado algunas campañas por parte de la Alcaldía que van dirigidas a la población vulnerable, con el objetivo de suplir sus necesidades menstruales a la vez que informarlas, como fue el caso en 2021 de las recicladoras y afrodescendientes en las comunas Popular y Santa Cruz. Otros proyectos se han guiado a la desestigmatización del ciclo de la mujer como el primer Festival de Salud Menstrual en Castilla.
El subsidio de Comfama también es un elemento que busca apoyar la salud menstrual de las mujeres, ya que permite la obtención de bonos canjeables por productos menstruales amigables con el medio ambiente, sin embargo esta iniciativa solo es para sus afiliados, lo que deja por fuera a mujeres que no tienen acceso ni siquiera a una EPS.
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Aunque se evidencia un intento en la búsqueda de una equidad para las mujeres en cuanto a su menstruación, es indudable que el recorrido que le queda a Colombia es largo, iniciando por una promoción de la salud donde la educación y capacitación sobre el tema sean centrales, así se permitirá un empoderamiento y control de la mujer respecto a su cuerpo.
El siguiente paso debería ser reducir la brecha que existe frente al acceso de los productos necesarios para atender la menstruación; pero para esto es fundamental que Colombia hable de la menstruación, porque no se puede solucionar un problema que no se conoce y que por ende, no existe.
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